domingo, 31 de enero de 2010

Invocación ritualizada de los 4 Arcángeles - Círculo Mágico - Espada de Poder


En el caso de que te sientas bajo un ataque psíquico de alguien, aparte de invocar la protección de los 4 Arcángeles, puedes hacer también el círculo de la ESPADA DE PODER, que protegerá a todo y a todos que se encuentran en su interior.

Te hallas de pie mirando al este. Da cara al este porque la corriente magnética sobre la que te propones operar corre de este a oeste. Tu primer proceder debe ser estabilizar tus propias vibraciones y purificar tu aura. A fin de hacer esto, haces la Cruz Cabalística.

El acto de santiguarse viene definido por un doble acto: una introspección dirigida al Ser y a Lo Divino y a la puesta en marcha de la personalidad mágica. Mediante la cruz se confiere una protección como todo inicio a un ejercicio determinado, oración, meditación o ritual. Cualquier actividad de orden espiritual puede iniciarse y cerrarse mediante un acto de consagración interna.

La Cruz Cabalística tiene ese fin: purificar la esfera de la personalidad, dirigirla hacia niveles internos y preparar la esfera personal para el trabajo. Realizar adecuadamente este ejercicio incluye un determinado descenso de la Luz Divina, y el concretar una pauta para la dirección de fuerzas a través del Aura.

El ejercicio debe realizarse pausadamente, tomándose consciencia de todo significado.

1.- Hacer descender la lengua de Fuego encima de la cabeza(descender la Luz Divina). Poner la mano en la frente y vibrar las palabras "A TI SEÑOR: TU ERES".

2.- Sentir el equilibrio del ser sin el cual la luz no puede cristalizarse en el cuerpo. La luz debe descender hasta los pies. Bajar la mano llevándola al pecho; vibrar las palabras "EL REINO".

3.- Reconocer el Poder de lo Alto. También reconocer la fuerza de Marte. Procurar sentir el Respeto. Tocar el hombro derecho y vibrar "EL PODER".

4.- Reconocer la Misericordia y Grandeza de lo Divino. Asociarnos a Júpiter y la generosidad de lo Divino hacia uno en el mismo ejercicio. Tocar el hombro izquierdo y vibrar las palabras "LA GLORIA".

5.- Concentrarnos en el Corazón, sede de las virtudes espirituales y reconcentrar todo el fruto del acto en ese centro. Juntar las manos. Vibrar las palabras "POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN."

La Cruz alinea al individuo con las fuerzas del Cosmos, despierta los centros en la psique, energetiza la esfera personal, representa una forma de adoración y, además, es una fórmula preparatoria para la invocación de lo Alto y la canalización de poder

Dicho de otro modo, honra a lo Microcósmico y a lo Macrocósmico, y afirma y establece el equilibrio de poderes dentro del organismo psíquico del operador.

Por esta fórmula afirmas el poder de Dios como el único creador y ley suprema del universo a la que todas las cosas deben reverenciar, y estableces esta fórmula magnéticamente en tu aura por la acción de hacer el Signo de la Cruz sobre ti mismo.

Este Signo no es un símbolo exclusivamente Cristiano, y puede ser usado igual por el Judío como por el hombre de la Iglesia, pues es la Cruz de la naturaleza, la de Miembros Iguales la que se usa, no la Cruz del Calvario, de la que el palo vertical es de doble longitud al de la barra cruzada, que significa la preponderancia de la materia y que es el símbolo del sacrificio del ego. La Cruz de Miembros Iguales se refiere a los cuatro cuartos del globo terrestre y a los cuatro elementos, y la fórmula asociada con ella proclama el dominio de Dios sobre éstos, y por lo tanto formulas ocultamente Su Reino dentro de tu esfera.

Te imaginas a continuación agarrando en tu mano derecha, una gran espada de empuñadura en cruz, tal como se muestra en las imágenes de los Cruzados. La sostienes apuntando hacia arriba y dices: “En el Nombre de Dios tomo en la mano la Espada de Poder como defensa contra la agresión”, y te imaginas creciendo hasta el doble de tu tamaño natural, una tremenda figura armada y con cota de malla, vibrando con la fuerza del Poder de Dios con la que ha sido cargada por su formulación de la Espada de Poder.

Procede ahora a trazar el Círculo Mágico sobre el suelo con la punta de la Espada de Poder, y deberías ver en tu imaginación una línea de fuego siguiendo la punta de la Espada, consistente en pequeñas llamas, tales como las que surgen cuando se vierte e incendia alcohol metílico, pero de un color dorado pálido.

Sigue dando la vuelta al círculo hasta que esté formulado. El círculo debería ser trazado siempre deosil, es decir, de este a sur, a oeste, a norte, del mismo modo que se moverían las manecillas del reloj, si el reloj se situase cara arriba sobre el suelo. El modo contrario es opuesto al movimiento del sol, el modo en el que las brujas danzaban en los Sabbats. El movimiento deosil afirma el mando de la Ley de Dios en la Naturaleza, porque es la Vía del Sol: el movimiento opuesto repudia el mando sobre la Naturaleza moviéndose contra el sol. Al resistir un ataque oculto, toda la fórmula debería sintonizarse a la nota clave de afirmar el dominio de Dios sobre toda la existencia, siendo el objetivo tuyo el alinearse con la Ley Cósmica y hacer que el Poder de Dios trate con la interferencia.

Estando formulado el círculo, tú, dejando de visualizar la espada, pero visualizando todavía el círculo, juntas tus manos en oración, y elevándolas por encima de tu cabeza hacia el este, reza: “Que el poderoso Arcángel Rafael me proteja de todo mal que se aproxime del este”.

Volviéndote hacia el sur repite la misma fórmula en oración a Miguel. “Que el poderoso Arcángel Miguel me proteja de todo mal que se aproxime del sur”.

Volviéndote hacia el oeste, invoca a Gabriel. “Que el poderoso Arcángel Gabriel me proteja de todo mal que se aproxime del oeste”.

Volviéndote hacia el norte, invoca a Uriel. “Que el poderoso Arcángel Uriel me proteja de todo mal que se aproxime del norte”.

Dando de nuevo la cara al este, y completando así el círculo, repite la fórmula de la Cruz Cabalística: "A TI SEÑOR: TU ERES EL REINO, EL PODER, Y LA GLORIA POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN."

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