¿Preparados para el 2012?

Los enfoque actuales tanto en el cine como en la televisión nos muestran un 2012 terrible, amenazante y cataclismo. Los desastres naturales, los conflictos entre las naciones, la desorientación sumadas a una serie de calamidades más, parece que es lo único que podemos que esperar. Entonces muchas personas, ante este panorama, tienden a pensar que se necesita estar preparados para sobrevivir en esos días; pero esta preparación se centra y consiste en un enfoque muy material del tema.

Construir bunkers, almacenar alimentos, guardar leña, saber encender fuego entre otras cosas centra y distrae su atención de un aspecto descuidado: la preparación interior.

Es mucho más sencillo y fácil guardar, acumular, esconder, racionar, que entregarse a la preparación interior. Esa que demanda extraer lo mejor de nosotros, buscando previamente ahí donde nadie más puede, enfrentándonos a la realidad de nuestro estado interior. El 2012 debe encontrarnos siendo mejores personas de las que somos hoy.

Llegará el 2012, luego vendrá el 2013, después de este estará el 2014 y así. El agua, los alimentos, los bunkers y todo lo que se nos ocurra habrán dejado de importarnos para esos años, entonces debemos centrarnos en aquello que para ese tiempo si puede cambiar, evolucionar, crecer, ascender, transformarse en algo nuevo, en una expresión maravillosa del cosmos. Eso es lo que somos cada uno de nosotros.

La evolución es personal e intransferible, nadie puede andar nuestro propio camino; pero paradójicamente ese crecimiento interno, esa evolución, sólo puede darse en el contacto con los demás. Ese debería ser el desafio de estar presentes el 22 de diciembre del año 2012.