miércoles, 24 de febrero de 2010

Entrevista con una paciente - parte 2

Petra: Rosa, tú también te contactaste con tu Guía Espiritual. ¿Qué fue?
Rosa: Sí, eso sí fue bien. Recuerdo que se lo he dicho, cuando estábamos iniciando la sesión, que me estaba concentrando y entré en contacto con mi Yo Superior, y en ese momento sentí la presencia de una niña, como una muñeca, con ojos grandes y un vestidito rojo con cuellito blanco. La doctora todavía no me había preguntado por mi Guía Espiritual, y yo dije que sí, es esa personita. Automáticamente. Y cuando estábamos avanzando la sesión y me dijo que ahora contactemos al Guía Espiritual, dije: ella es.
Petra: Y era un ángel que solamente cogía la apariencia de
Rosa: de una niña con un vestidito de niña, un vestidito rojo con su cuellito blanco, de pelito negro y ojitos grandes, y tenía mi tipo. Eso fue muy real, porque incluso las preguntas que hicíamos, la nenita me conversaba, pero como expliqué en la conversación, mentalmente. Es telepatía.
Petra: Un ser espiritual no tiene cuerpo físico y no tiene cuerdas vocales, por eso no puede comunicarse a través de ninguna voz.
Rosa: Lógico.
Petra: Cuando tú estás en estado alfa y con la conciencia expandida, tú tampoco hablas a través de tu voz con ese Guía, sino a través de tu mente. O sea que la comunicación es telepática. Pero claro, tú lo percibes.
Rosa: Clarísimo. Porque cada pregunta que usted me hacía: dile tal y tal cosa, yo preguntaba en mente y me contestaba en mente.
Petra: Eran preguntas sobre todos los aspectos de tu vida: laborales, emocionales, todo. Y claro, es un ayuda tremenda para nosotros. Es nuestro asesor. No hay que ir a tarotista, no hay que ir a curandero, y leer las hojas de coca o lo que sea. Sencillamente es contactar con nuestro Guía Espiritual, y como se eleva la frecuencia Schumann cada vez más, es cada vez más fácil para nosotros de establecer ese contacto. Ahora, tú también contactaste con tu abuelo fallecido. Cuéntame un poquito de esa experiencia.
Rosa: Esa experiencia sí fue muy especial, incluso cuando llegué a casa la comenté, porque mi madre tenía mucha ansia y mi hermana también. Fue algo muy especial porque yo a mi abuelo nunca lo conocí. Murió en el año 76, y yo nací en 75. Pero mi madre mucho me hablaba de él y tenemos fotos de él. Y yo identifico a la persona. Al inicio mi abuelo, me acuerdo que le comenté a la doctora, yo le veía de espalda. Como que no quería hablar. Y yo le dije: Usted no quiere conversar conmigo. Pero no lo veía en la luz. Yo veía en él oscuro, como si estuviera buscando una salida, confundido. Y usted me dijo: ¿Está en la luz? No. Entonces hay que sacarle y llevarle a la luz.
Petra:
¿Y a quién llamamos para eso?
Rosa: Al Arcángel Miguel.
Petra: Háblame un poco de él.
Rosa: Eso fue bien interesante, porque lo llamamos, o yo le llamé al Arcángel Miguel y él apareció. ¿Cómo era? Era un hombre alto, muy guapo, porque hay que decirlo, alto, de 28 / 30 años, de tez blanca, cabello rubio como el de la doctora, pero más lacio, y tenía un uniforme tipo un poco como lo usaban los soldados romanos. Él iba y venía. Él venía en su ayuda a ver, dime ¿Qué quieres? Hay que llevarle. Y lo llevó para arriba. Y me acuerdo que le dije que le vi envolviendo al abuelo con sus alas, para llevarlo. Yo nunca había caído en mente con como era el Arcángel Miguel. Sabía que tenía esa apariencia, pero nunca me había percatado que tenía alas. Hoy día me levanto y le digo a mi mamá, justo tiene imágenes de los Arcángeles. Fui a sacarme esa duda, y cuando veo, efectivamente tenía alas. Y también una espada.
Petra: Pero es curioso: Después cuando en tu sanación de todos tus malestares, digamos, invocamos al Arcángel Rafael. Ese Arcángel también tenía una espada.
Rosa: Tenía una espada, sí. De luz verde. Pero era diferente a Miguel. Eran similares en característica de edad y todo, pero yo le veía un poco más pelirrojo y la cara más larga. Y cuando vi nuevamente las imágenes que le digo, sí, se parece. Yo no me había percatado de las alas. Y me quedé contenta, porque me dije, lo vi .
Petra: El Arcángel también te abrazó, ¿no? Háblame un poco de ese abrazo. ¿Qué sentiste?
Rosa: Usted me dijo: abrázalo, aprovecha. Y lo abracé y me sentí protegida, pero es como un ángel de verdad que viene en tu ayuda y te dice: Oye, sabes qué, estoy acá. Llámame cuando me necesites. Y sientes su energía, pero una paz... Es lo que yo he sentido: PAZ. Una sensación de paz, que no la puedo describir, podría decir alegría, pero lo que yo quisiera decir paz, paz. Como cuando estás haciendo lo correcto y has mandado a la persona correcta.
Rony: A veces ese tipo de experiencia es como que las palabras no alcanzan a describir la experiencia.
Rosa: Exactamente. Porque es algo muy limpio, muy personal. Entonces yo, también se lo dije a usted, le dije adjetivos no puedo utilizar y decir que fue bonito. Esta gente es bonita, pero eso es algo que va contigo mismo, te vas descubriendo. No alcanza. Creo que uno tiene que vivirlo para poder decir, efectivamente yo sentí así. Y recién quizás las personas puedan entender que todo tipo de cambio es personal. A esta conclusión he llegado yo. Incluso la relación con Dios, cada vez la entiendo más, más allá de cualquier religión, que se pueda tener, la católica, la hebrea.
Petra: Los seres de luz solamente están esperando a que nos acerquemos a ellos. Te acuerdas que tú Guía te dijo: Tardaste.
Rosa: Tardaste. Te estoy esperando acá, has tardado mucho. Es como si se quejara. Porque están allí y nunca les prestamos atención, porque estamos tan materializados ahora que nos parece pamplinas. Pero no, es verdad, porque somos energía. Somos espíritu.
Petra: Y también visitaste con tu abuelo después de que el Arcángel Miguel lo llevó a la luz, lo viste en la luz. Porque nosotros podemos expandir también la conciencia hacia todos los niveles que nosotros deseamos. Entonces, cuéntame la diferencia cuando te encontraste con tu abuelo fallecido en la luz.
Rosa: Cuando él estaba en la luz, se emocionó. Se emocionó, de que alguien le fue a buscar después de tanto tiempo. No lo esperaba. Y allí fue que él también me dijo, igual telepáticamente, de que él sentía pena de no haber podido manifestarle a sus hijos, uno de ellos es mi madre, lo que les quería. Y que no les había prestado la atención que ellos necesitaban. Y me mandó el mensaje, y el día siguiente se lo dije a mi mamá, que les quería mucho y que le diera un beso en su nombre. Porque él no lo había hecho. Y es más: Mi abuelo murió de una manera un poco trágica. No sabían si le habían matado o si ha sido un accidente. Y la pregunta fue precisa, porque era una de las cosas que yo quería saber, y me dijo: No me han matado. Ha sido un accidente. Parece que se ha caído de espalda, se ha caído simplemente. Tropezó y se ha caído al río y se ahogó. Fue liberador para él, porque se sintió en paz. Y poderle decirles a sus hijos lo que él siente. Incluso me pidió que les dijera a nuestra gente: cuiden de una de mis tías, eso fue una de las cosas que sentí con mucha fuerza. Fue algo que tenía que comunicarme con los vivos, y decirles, oye, cuiden a su mamá, porque mi abuelo se lo está pidiendo. Y también me decía que vayan a ponerle flores o que le vayan a ver en su tumba. Algo que muy rara vez lo he hecho. Lo he hecho, pero una vez al año, una vez cada dos años.
Petra: Es que normalmente tenemos abandonados a nuestros muertos. Al nicho y fuera. Fuera de la vida y fuera de la vista. La mayoría de los fallecidos que no están en la luz, siempre se quejan que nadie les va a ver en el cementerio. La mayoría de ellos. Eso también es una pequeña llamada de atención a todos nuestros oyentes que tiene fallecidos. De vez en cuando, pónganles flores, hablen con ellos.



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