La única razón por la que alguien es un genio y sabe cosas que tú no sabes, es porque él ha abierto su mente para contemplar las posibilidades, los pensamientos extraordinarios y brillantes que van más allá del pensamiento limitado del hombre. Él se ha permitido considerar y razonar estos pensamientos mientras que tú los has rechazado. Tú eres incapaz de recibirlos porque aún tienes que activar aquellas secciones de tu cerebro que te capacitan para razonarlos. Entonces, ¿qué ocurre con los maravillosos pensamientos de entendimiento ilimitado que continuamente bombardean tu estructura luminosa? Rebotan en tu unidad receptora y son enviados a través del espíritu de tu ser de vuelta al río de pensamiento.
Tener la mente cerrada es estar cerrado a la posibilidad de cualquier cosa que exista fuera de los valores que pueden ser experimentados por los sentidos de tu cuerpo. Sin embargo, en el reino llamado Dios, nada es imposible. Si algo se puede concebir o reflexionar, existe; pues cualquier cosa soñada o imaginada ya es parte del reino de la existencia. Así es como la totalidad de la creación llegó a existir. Cada vez que le digas a alguien «es sólo tu imaginación», lo estás programando para la estupidez y la creatividad limitada. Y eso es, de hecho, lo que les ocurre a los niños de este plano. A todos vosotros.
Yo te digo: cualquier cosa a la cual se le permita ser pensada, existe, y todo aquello que te permitas pensar lo experimentarás, ya que tu campo electromagnético lo atraerá hasta ti.
¿Sabes? La atrocidad de poseer una mente cerrada es que ello te impide conocer la alegría. Te mantiene esclavizado a las ilusiones del hombre. Te impide conocer tu gloria y la de Dios. Mientras tengas una mente enclaustrada, y vivas y pienses de acuerdo con la conciencia social, nunca te aventurarás hacia lo desconocido, ni contemplarás la posibilidad de realidades más grandiosas por miedo a que ellas signifiquen cambio. Y ciertamente lo hacen, porque habrá mucho más que ver, que entender y de lo cual formar parte que lo que había anteriormente en un mundo ordenado, que vive y muere. Mientras aceptes sólo los pensamientos limitados que se te han inculcado, nunca activarás mayores porciones de tu cerebro para recibir y experimentar otros pensamientos distintos de aquellos con los que te encuentras cara a cara cada día de tu existencia.
Cada vez que aceptas un pensamiento superior a los que has aceptado como patrón, ese pensamiento activa otra parte más de tu cerebro para darle un uso significativo. Cada vez que hagas esto, el pensamiento superior se ofrecerá como «portador» para extender tu razonamiento a partir de este punto. Esto activará otras porciones de tu cerebro para más pensamiento, más recibimiento y más conocimiento. Cuando deseas experimentar la superconciencia, el pensamiento ilimitado, tu pituitaria empieza a abrirse y florece como una magnífica flor. Cuanto más se abre, mayor es el flujo de hormonas, y más se activan las partes latentes de tu cerebro para recibir las frecuencias más altas de pensamiento.
¿Sabes? Ser un genio es muy simple. Todo lo que tienes que hacer es pensar por ti mismo.
El cerebro ha sido un gran misterio que ha dejado perplejos a muchos. Algunos lo extraen para mirarlo y no pueden encontrar nada en él excepto sus fluidos, que son agua. El agua es conductora de la corriente eléctrica. Cuanto más densa es el agua, mayor es la amplificación de la corriente eléctrica que pasa a través de ella. En las porciones latentes de tu cerebro, el fluido es más denso para poder amplificar las frecuencias de pensamiento más altas hasta convertirlas en corrientes eléctricas más potentes y enviarlas a través del cuerpo a mayor velocidad. Así, cuando permites que más de tus pensamientos se alojen en las partes latentes del cerebro, tu cuerpo se activa para volverse más rápido y profundo en sus respuestas. Una vez que la totalidad de tu cerebro está en uso, puedes hacer cualquier cosa con tu cuerpo. A través de tu alma -que está grabando y manteniendo constantemente la emoción de cada pensamiento que recibes- tu cerebro, con sus impulsos hacia tu cuerpo, puede transformar tu cuerpo de cualquier manera que tus pensamientos determinen que sea.
¿Sabes que si tu cerebro se usara al máximo de su capacidad, podrías transformar tu cuerpo en una chispa de luz en sólo un momento, y tu cuerpo viviría para siempre? ¿Sabes que tu cerebro tiene la capacidad de hacer que un miembro crezca de nuevo si lo has perdido? En un estado de total funcionamiento, tu cerebro tiene la capacidad de curar completamente tu cuerpo en un espléndido momento, o cambiarlo físicamente a cualquier ideal que le des.
La totalidad de tu capacidad cerebral es inmensa; sin embargo tú, debido a tu pensamiento limitado, sólo has sido capaz de usar un tercio de ella. ¿Para qué crees que es el resto? ¿Para llenar un hueco?
Tu cuerpo se mantiene de acuerdo con tu cerebro y tu pensamiento subyacente, pues cada pensamiento que permites que entre en tu cerebro electrifica y alimenta cada célula de tu cuerpo. Sin embargo, desde que eras un niño y podías razonar en la conciencia social, aceptaste la programación de que debías crecer, hacerte viejo, y luego morir. Fue así, al aceptar ese pensamiento, como empezaste a degradar la fuerza vital dentro de tu cuerpo, porque el pensamiento de envejecimiento envía una chispa eléctrica de frecuencia baja o lenta a cada estructura celular. Cuanto menor sea la velocidad, mayor será la pérdida de agilidad dentro del cuerpo, pues disminuirá la capacidad del cuerpo de rejuvenecer y restaurarse a sí mismo. De esta manera, se da lugar al envejecimiento, y en última instancia, a la muerte del cuerpo. Sin embargo, si te permitieras recibir continuamente frecuencias de pensamiento más altas, enviarías corrientes eléctricas más rápidas y más poderosas por todo tu cuerpo, y éste permanecería para siempre en el momento, y de este modo, nunca avanzaría su edad ni moriría. Pero todos aquí saben que van a envejecer y morir, así que, lentamente, la corriente disminuye más y más.
Aquellas partes de tu cerebro que aún no han sido activadas, tienen la capacidad, con sólo saberlo, de reconstruir cualquier parte dañada de tu cuerpo, sea lo que sea. En el momento en el que sabes que tu cuerpo puede curarse a sí mismo, ese pensamiento envía una chispa mayor, a través del sistema nervioso central, hacia la parte dañada, lo que causará que el factor de ADN dentro de cada célula se duplique y reconstruya la célula perfectamente. ¡Perfectamente! ¿Crees que esto es milagroso? Así debería ser, y así es.
Tú crees que la única manera de curar tu cuerpo es por medio de doctores y medicinas. Y todo esto funciona porque tú crees que funciona. También se te ha dicho -y lo crees- que no podrías hacerlo por ti mismo, y por eso no puedes, porque este saber interior está presente. Sin embargo, hay entidades que han ido en busca de curanderos sabiendo que lo que iban a oír sería una verdad absoluta; y al saberlo, se convirtió en verdad absoluta dentro de su cuerpo; y así, se curaron en un momento. Eso es lo que hace el saber interior, y puede cambiar tu cuerpo de la manera que tú quieras. Tú tienes la capacidad de ser ilimitado, incluso en el movimiento de tu cuerpo, porque fue diseñado para que así fuera.
Cada momento de tu existencia, estés dormido o despierto, consciente o inconsciente, estás continuamente recibiendo pensamiento de la mente de Dios. Y cualquier frecuencia de pensamiento que permitas llegar a través de este maravilloso Dios que te mantiene unido, la experimentarás para obtener el premio y la única realidad de la vida, la emoción. Por lo tanto, tú que te sientes infeliz, torpe, malhumorado, temeroso, amargado, enfadado, celoso, apresurado, despreciado, que nadie te ama, ¿qué frecuencias de pensamiento te estás permitiendo sentir? La conciencia social. ¿Dónde está la alegría, preguntas? ¿Dónde está el amor? ¿Dónde está la eternidad? ¿Dónde está Dios? Sólo a un pensamiento de distancia.
¿Por qué no conoces todos aquellos magníficos pensamientos que atraviesan tu espíritu a cada momento? Porque no has querido conocerlos. Has elegido vivir en la sombra de la conciencia social, vestir, actuar y pensar como el rebaño. Tú has elegido encajar en ella, ser aceptado, para que así pudieras sobrevivir. No quisiste saber, porque contemplar los pensamientos de que eres soberano, de que eres Dios, de que vivirás para siempre, y de que lo sabes todo, significaría ir en contra de tu familia, tus amigos, tu religión y tu país. Entonces, entregaste tu poder. Entregaste tu soberanía. Olvidaste tu identidad. Cerraste tu cerebro. La razón por la que estoy aquí es para enseñarte cómo abrirlo de nuevo.
¿Quién es esta figura religiosa llamada «Dios», ese misterio infinito que el hombre ha estado buscando tan desesperadamente durante milenios? Es el pensamiento y su capacidad de recibirse a sí mismo, y al hacer esto, transformarse y expandirse a sí mismo. Eso es todo lo que Dios es: la totalidad del pensamiento, la eminencia de la vida. Y precisamente dentro de tu ser tienes el poder de convertirte en Dios completamente. ¡Completamente! Pues si usaras plenamente todas las facultades de tu cerebro, en estos momentos te hallarías en las fronteras de la eternidad; conocerías todo lo conocido; serías los colores del sol, las profundidades del mar, el poder del viento, y las estrellas en el horizonte.
¿Qué es aquello que te impide conocer y convertirte en la totalidad de Dios? El ego alterado. Porque el ego alterado amputa a Dios al rehusar aceptar todas las frecuencias de pensamiento que Dios es, para así vivir a salvo y seguro, sin ser dañado. Por esto el ego alterado es, en verdad, lo que se llama anticristo, porque niega que tú eres hijo de Dios. No te permite aceptar el pensamiento y darte cuenta de que tú y el Padre sois uno y el mismo; de que tú eres el principio divino e inmortal que tiene el poder de crear la eternidad y el poder de crear la muerte.
El anticristo es el ego alterado, y su reino es la conciencia social. Es aquello que no permite el pensamiento ilimitado, y su dogma es el miedo, el juicio y la supervivencia. El Cristo es el hombre expresando plenamente el poder, la belleza, el amor y la vida ilimitada del Padre que vive dentro de él.. Es el hombre dándose cuenta de que él es divino y encarnando dicho entendimiento, trascendiendo el dogma, la profecía y el miedo, pues sabe que más allá de la conciencia social yace el vigor ilimitado llamado Dios.
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