domingo, 20 de diciembre de 2009

El Tai Chi como herramienta del ascenso



Ir al encuentro de ti mismo es relacionarte nuevamente con todos tus planos de existencia. El plano denso material cumple su papel en nuestro proceso de evolución y como herramienta básica debemos darle todos los cuidados necesarios tanto en la alimentación como en su actividad.

El Tai Chi es para este fin una maravillosa herramienta que a través de movimientos lentos nos devuelve el contacto con nuestro cuerpo posibilitando la tan ansiada toma de consciencia. Un cuerpo sano, que goza de armonía y equilibrio, nos permite dejar fluir desde nuestro interior todo aquello que es bueno, todas las potencialidades que llevamos dentro... y en ocasiones somos los últimos en darnos cuenta de ello.
La personas a nuestro alrededor empiezan a notar algo extraño, distinto, diferente en nosotros. Estamos revestidos de un halo invisible, pero que se deja sentir. Empezamos a irradiar paz, serenidad, armonía. Nos hemos vuelto a conectar con aquella fuente de la cual venimos, aquella fuente que es nuestro origen.

Los movimientos lentos del Tai Chi nos permiten entrar en contacto primero con nosotros mismos, luego con los demás: nuestros familiares, nuestros amigos, la gente; también entramos en contacto con todo aquello que nos rodea: las plantas , los animales, el clima, todo nuestro planeta. Nos sentimos parte de algo más grande e innoto. Nuestra conciencia se abre hacia planos desconocidos que siempre nos han estado esperando, que nos aguardan, pues es ahí donde reside aquello que en verdad somos, aquello que estamos destinados a SER.

Y todo a través de secuencias de movimiento lento, a través de músculos, tendones, ligamentos y articulaciones. Todo a través del plano denso material que se irá sutilizando llevándonos a nuevos mundos que aguardan, nuevos mundos que no son otra cosa que nosotros mismos.

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